top of page

CON VOLUNTAD SE LOGRA

Actualizado: 1 nov 2021


De repente, en medio de la oscuridad se anuncia un estridente sonido. La alarma es tan exasperante... e ipso facto despierto un poco aturdida. Con una extraña sensación de letargo pienso: «¿Qué día es hoy?». Pero no sé qué me pasa, ¡¡qué pereza tengo hoy!! En segundos bostezo, buscando estar más calentita entre mis sábanas. Sin el más mínimo intento de abandonar la cama. Zzzz, Zzzz, Zzzz.


Quizá han pasado 5 minutos pero, desde la quietud de mi dormitorio, la alarma me agobia nuevamente, y de modo insistente aturde mis oídos. Mis manos tocan mi cálido rostro y, con una eminente sonrisa, digo: «¡Vamos, arriba! Que la recompensa es grande, y el bienestar dura todo el día».

Desde mi típico y rutinario pensamiento, decido empezar el día. Al estar un poco más lúcida, estiro mis brazos y de modo automático enciendo las luces. Hago un pequeño giro hasta la cocina y, agarro un vaso.


Una vez saciada mi sed, me dispongo a continuar hasta el cuarto de baño. En medio de mi espabilo, busco unas prendas deportivas, y por último me calzo las zapatillas.


Como ya estoy lista, dirijo el paso de nuevo a la cocina y, estando animada, me dispongo a preparar un minidesayuno.

Con tal optimismo, llego a la puerta. ¿¡Con qué me encuentro!? El amanecer es bello. ¡Qué agradable temperatura!, y la mañana incita a respirar aire fresco.


Me siento tan entusiasmada que, con una zancada y otra, me abro paso hasta el parque cercano. ¡Qué buena decisión, salir del confort de mi plácida cama! Y entro en contacto con la naturaleza, para dejarme impregnar del más natural aire puro. Mi postura es enérgica, y marco el paso con un suave trote. Mi respiración sigue el ritmo de cada inspiración y espiración.